22 sept 2014

Adiestrando comportamientos médicos


La visita al veterinario puede ser un episodio estresante para nuestras psitácidas. La exploración, la toma de muestras y la administración de los tratamientos puede verse facilitada si enseñamos a nuestras aves, mediante técnicas de adiestramiento, a recibirlas gustosamente y reducir así, o incluso eliminar, el estrés que ésto supone.



Ángel Nuevo - Chaco · Argentina



En muchas colecciones zoológicas ya se emplean este tipo de entrenamientos con casi todo tipo de animales, no sólo psitácidas, con el único objetivo de proporcionar a los animales cautivos una vida lo más placentera posible, para facilitar su manejo y control veterinario.
 

Las técnicas de adiestramiento basadas en el Condicionamiento Operante y concretamente en el Refuerzo Positivo deben ser útiles mucho más allá de para preparar vistosas y divertidas exhibiciones con animales. 

Un buen conocimiento de éstas técnicas y un correcto manejo pueden ser especialmente útiles, no solo para las grandes colecciones sino para los loros de nuestros hogares, con los que además supondrá sin duda una forma más de enriquecer nuestra relación con ellos.

A menudo, nos vemos obligados (propietarios y veterinarios) a utilizar la fuerza física para salvaguardar la salud y el bienestar de nuestra ave durante las revisiones veterinarias (sujeción forzada para exploración, toma de muestras y administración de sustancias), pero esto se puede ver eliminado o al menos reducido utilizando técnicas de adiestramiento. 

Además, como fruto del estrés durante este tipo de manejo, se pueden ver alterados algunos parámetros a evaluar en las analíticas, por tanto, eliminaremos también este tipo de “ruido” que puede llevar a diagnósticos erróneos.



Permítanme antes de nada, aproximarles a los principales conceptos en los que se basa este tipo de entrenamiento, que bien conocidos, nos serán además útiles para poder corregir algunos de los problemas de comportamiento que puedan ir apareciendo con nuestros loros mascotas.


CONCEPTOS IMPORTANTES
El Condicionamiento Operante, cuyos principios formuló ya B.F. Skinner (hace más de 50 años con sus teorías sobre biología del comportamiento), es el proceso de cambiar una conducta de un animal (ya sea favorecer o eliminar dicho comportamiento) ante un cierto estímulo, cambiando las consecuencias que tiene cada uno de estos comportamientos. 
Myriam Navarro

En otras palabras, para que todo el mundo lo entienda, un comportamiento (conducta) cualquiera (volar a tu mano, dejarse tocar determinadas zonas, saltar, abrir el pico, dar una vuelta, etc…) puede verse favorecido o eliminado, dependiendo de lo que el animal obtenga después de hacerlo (consecuencia), ya sea su golosina favorita, una “regañina” o absolutamente nada… 

Lo que le lleva al animal a tener ese comportamiento (estímulo) puede tener múltiples orígenes: miedo, una orden determinada, juego, hambre, etc… pero en cualquier caso, es siempre algo que ha cambiado en su ambiente en el momento previo a esa conducta, y que por tanto, también nosotros podemos condicionarlo para un interés concreto, por ejemplo, introduciendo una orden determinada o señal para indicarle qué tipo de comportamiento le estamos pidiendo.

Puesto que lo que nosotros pretendemos es que nuestro loro haga algo en concreto en este caso, y no que deje de hacerlo, nos basaremos fundamentalmente en uno de los principios que definen el Condicionamiento Operante: El Refuerzo Positivo


Es decir, agregaremos algo por lo que el loro trabajará para favorecer (o aumentar su frecuencia) lo que le estamos pidiendo. El Refuerzo Positivo es lo que normalmente llamamos premio o recompensa, y por tanto la elección del mismo ha de ser también estudiada para que sea realmente eficaz. (De nada sirve que para reforzar un comportamiento de nuestro loro, le ofrezcamos como recompensa algo que detesta, o que no le gusta especialmente, o que lo tiene disponible aunque no lo haga, ya que puede entonces no compensarle hacer lo que queremos o no tenga la suficiente motivación para ello…).
Es importante mantener a nuestro loro motivado, es decir, que tenga interés en hacer algo que deseamos (en realidad por sus consecuencias, por lo que obtiene a cambio), ya que de lo contrario, nuestro trabajo con ellos puede llegar a ser algo frustrante (para ambas partes).    


Las motivaciones pueden ser varias, aunque tradicionalmente se ha utilizado el hacer pasar hambre como motivación, creo que es algo que hoy por hoy hay que descartar, ya que además de ser totalmente innecesario, es, bajo mi punto de vista, incluso contraproducente. 
Pero no hay que confundir “pasar hambre” con “desear un determinado alimento”, ya que puede sernos útil en casos determinados para que suponga una motivación: si yo alimento correctamente a mi loro (tanto en calidad como en cantidad), pero establezco una rutina estudiada, es decir, por la mañana le ofrezco alimentos blandos como fruta y verdura o cualquier otro que no esté entre los que más le gustan, seguramente por la tarde el animal tenga esas ganas necesarias de trabajar para conseguir aquello que más le gusta (si lo es), por ejemplo una semilla oleaginosa.
A menudo, en loros mascotas, como motivación es suficiente las ganas de interactuar con sus dueños, jugar, ser acariciados o que su “mamá” les diga todo lo bonitos que son sus “niños” haciéndoles una “fiesta verbal y corporal” divertidísima. Establecer un vínculo afectivo con nuestros loros será algo imprescindible a conseguir antes de pretender enseñarles cualquier tipo de comportamiento.
Utilizar como premio algo “goloso” pero que no obtengan habitualmente en su comedero, es a menudo también suficiente para mantener su motivación (una pipa, un trocito de cacahuete, o su fruta favorita).
COMPORTAMIENTOS MÉDICOS
Algunos de los comportamientos que podemos enseñar a nuestros loros para facilitar su manejo durante los trabajos veterinarios pueden ser:
 




· Admitir con agrado y permanecer tranquilo encima de una balanza para su control de peso.







 




· Hacerle entrar en un transportín para sus traslados y controles, sin que sea una experiencia negativa.










· Permitir la exploración física (palpado) de su estado corporal general: musculatura pectoral, extremidades, dorso (incluyendo la revisión de la glándula uropigial, en los que la tienen)… en este apartado, podemos enseñarle además, para facilitar aún más las cosas a:     










·    Ofrecer sus patas







· Extender sus alas








· Abrir el pico







 
· Ofrecimiento de cloaca: además para permitir la introducción de un termómetro para control de su temperatura o un hisopo de algodón para la toma de muestras, etc…

  

 
 





· Permitir limar o cortas sus uñas







 
 






· Recortes de vuelo






 



· Admitir el contacto con gasas o algodones (a los que poder impregnar con alcohol, pomadas, desinfectantes, etc…) o del fonendoscopio para control respiratorio y del corazón





 
· Aceptar medicación contenida en una jeringuilla por vía oral.




· Posicionarse correctamente para realizar una radiografía
· Tolerancia y cooperación para la administración de tratamientos por inhalación, o incluso de anestésicos
· Admitir incluso una extracción sanguínea (o tratamiento endovenoso).
· Tolerar ser envuelto en una toalla


TÉCNICAS A UTILIZAR EN ALGUNOS EJEMPLOS PRÁCTICOS
Ahora bien, para conseguir todo esto será necesaria la utilización de diferentes técnicas (a menudo, la combinación de varias), basándose siempre, insisto, en procedimientos de Condicionamiento Operante y Refuerzo positivo.
Permanecer estático: mantener al loro en una posición determinada durante un tiempo determinado, será fundamental, por ejemplo, para habituar al loro a ser pesado sobre una percha estática sobre la balanza…
Dirigir: Hacer seguir al loro un objeto determinado (target o blanco) o hacerlo con alguna parte de su cuerpo (alas, patas, cabeza…) mediante el contacto con éste para la consecución de su premio.
Con ésta técnica se puede conseguir incluso que un loro introduzca su cabeza en una “campana de inhalación” para someterse sin estrés a tratamientos específicos por inhalación. Pero también, a extender el ala para su recorte, o adoptar determinadas posturas para su exploración. 
Atraer: utilizando un señuelo, algo que el animal desea alcanzar en sí, podemos incitarlo a cambiar su posición o desplazarlo hacia un sitio determinado.
Es lo más utilizado para introducirlos pacíficamente en transportines (aunque se puede utilizar el targeting/dirigir).
Orden de regreso (Recall): regresar a la orden a un lugar determinado, por ejemplo hasta nuestra mano. Importante para loros que vuelan, pero no exclusivo.
De esta manera, se puede controlar en un grupo el turno para recibir su medicación sin tener que confinarlos.
Desensibilización: aumentar la tolerancia a un estímulo en particular (normalmente al contacto con algo) aumentando la presencia del estímulo gradualmente.
Especialmente útil, para tolerar el contacto con hisopos de tomas de muestras, con algodones, o incluso ser envuelto en una toalla. Pero también importante para aquellos en los que es necesaria una exploración física de su musculatura, etc, sin recurrir a contención forzada. Familiarización con objetos extraños: jeringuillas, fonendoscopios, etc.

Capturar: reforzar un comportamiento que se da de manera espontánea y natural, para que se repita intencionadamente. Se puede aprovechar, entre otros, el momento en el que el loro abre su pico de manera natural para reforzarlo y permitir su exploración.
 
Asistir físicamente: es decir, mover alguna parte del animal de manera manual, físicamente,para obtener una postura determinada.
Cuando el animal “a priori” admite contacto físico, es muy útil para favorecer la extensión de sus alas para los recortes de vuelo, o el posicionamiento de sus dedos para el recorte o limado de uñas.
También para conseguir posturas óptimas para la realización de radiografías.

Encadenar: unir o combinar múltiples conductas sencillas hasta conseguir un comportamiento final (como suma de todas ellas) usando una única señal u orden. En realidad es la tendencia que deberíamos seguir, presentando el comportamiento final muy poco a poco, dividiéndolo en comportamientos más sencillos, más cortos, en el que además puedo combinar un recall seguido con un targeting y de una asistencia física…
Cuando la combinación de estas múltiples conductas implica la desaparición por transformación de algunas de ellas, al menos tal y como eran ejecutadas inicialmente, hasta la consecución final de lo que le pedimos, lo llamaremos “formar”, a menudo es lo que sucede en un proceso de desensibilización…


 








PLAN DE ENTRENAMIENTO
Es importante que establezcamos nuestro propio plan de entrenamiento. El cual incluirá un plan de alimentación durante el día, ya sea la separación en el tiempo de los alimentos que compongan su dieta, o la eliminación en sus comederos de aquello que queramos utilizar como recompensa (no será necesario, en principio un control de su peso, pero nos puede ser útil como herramienta de información paralela si lo deseamos). 
Nos marcaremos unos objetivos claros e intentaremos ir “pasito a pasito”, centrándonos inicialmente en tan sólo un comportamiento a enseñar, y preferiblemente de menor a mayor dificultad, complejidad. Es mejor siempre, no comenzar a enseñar otro comportamiento hasta que no hayamos conseguido el anterior, en la mayoría de los casos. 
En cualquier caso hay que tener en cuenta algunas consideraciones: es más importante que las sesiones no sean muy largas (en torno a 15 minutos como máximo) y que podamos repetirlas con mayor frecuencia, que si lo hacemos en menos sesiones pero más largas. De esta manera mantendremos seguramente la motivación de nuestro loro para “jugar” con nosotros, sin llegar a aburrirle o frustrarle.

Lo mejor, cuando uno no cuenta con la experiencia necesaria, es dividir cada ejercicio, cada comportamiento, en varias etapas. De esta manera nos será más fácil transmitir a nuestro loro, qué es exactamente lo que deseamos en cada momento.
La mayor parte de los fracasos durante un entrenamiento puede estar debida a una deficiencia de comunicación entre entrenador y entrenado, y desde luego, no es fácil hacer entender a nuestro amigo exactamente lo que pretendemos si no lo hacemos muy poco a poco.
Supongo que es obvio a estas alturas que el loro recibirá un premio cada vez que consigamos que ejecute cualquiera de los comportamientos deseados, o aquellos comportamientos previos según vayamos consiguiéndolos para poder unirlos (encadenar) o transformarlos (formar).
Y utilizaremos unas señales o marcas (ordenes) claras y concisas asociadas a cada tipo de comportamiento, para indicar al animal que tipo de conducta queremos que ejecute.
 
Estas señales, pueden ser tanto verbales como visuales (una posición de nuestras manos, por ejemplo) o ambas unidas, aunque con el tiempo se pueda ir eliminando una de ellas. Y es importante también, que nuestro loro sepa cuándo ha hecho bien lo que pretendemos no sólo con la obtención de su premio, sino verbalmente: “¡Muy bien o buen chico!” en el momento preciso.

Muchos entrenadores utilizan un “clicker” para indicarlo (previo al premio) y otros incluso un silbato (como ocurre con perros o mamíferos marinos), en cualquier caso, todos ellos serán Reforzadores Secundarios, pero importantes para hacer eficaz nuestra comunicación con el loro a entrenar.

Si es muy importante en el caso de adiestrar psitácidas, como hemos dicho antes, establecer un vínculo afectivo con nuestros animales, lo es también y sin ninguna duda, hacerlo siempre asegurándonos previamente que está totalmente sano.

A MODO DE COLACIÓN ...

Está claro que el entrenamiento es una herramienta muy útil, tanto para corregir conductas no deseadas, como para conseguir otras deseadas.

El adiestramiento de Comportamientos Médicos en particular puede hacer que la vida de nuestros loros sea mucho menos estresante y que su visita al veterinario deje de ser una experiencia traumática.

Muchos de estos comportamientos se pueden enseñar incluso a loros que no se dejan tocar, para los que será especialmente importante, ya que, normalmente esa reticencia a ser tocados suele estar basada en miedos o experiencias previas negativas con las manos. 

La manipulación durante los controles veterinarios puede ser especialmente estresante en este tipo de aves y con este tipo de adiestramiento se verá fuertemente minimizado.

Está demostrado científicamente que se reducen los indicadores de estrés en animales entrenados para estos procedimientos frente a los que no lo están. Además, una vez aprendidos correctamente, incluso un animal enfermo, en general, seguirá respondiendo positivamente (si no lo hace, su estado será sin duda, muy grave, y esto nos servirá también como indicador de su estado).

Aunque está al alcance de casi cualquiera, seguramente habrá comportamientos que seamos incapaces de enseñar (no tanto de que los loros sean capaces de aprender), por lo tanto y ante la creciente “moda” de querer llevar a nuestros loros a “adiestradores profesionales” para enseñarles otro tipo de ejercicios, sin ninguna duda, considero mucho más interesante que nuestro loro reciba una educación profesional en estos aspectos, si nosotros no nos vemos capaces de hacerlo.

No pretendo en ningún momento que este artículo sea una guía exhaustiva de adiestramiento, si hay alguien interesado es mejor que antes profundice un poco acerca de todo esto, no obstante creo que es interesante que todo el mundo conozca las aplicaciones que el adiestramiento puede tener en este interesante campo y sus beneficios para nuestras mascotas.



Ángel Nuevo
 “A los compañeros que, en multitud de colecciones zoológicas, están aplicando este tipo de entrenamientos con animales para mejorar su calidad de vida y en especial al equipo del Dpto. Zoológico del que fuí líder durante el tiempo en el que se publicó por primera vez este artículo..."





2 comentarios:

  1. Gracias por el adiestramiento de humanos en el trato con loros. Ahora solo falta que te hagan caso.

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    1. A ver si es verdad! Nosotros seguiremos trabajando en esta línea a ver si vamos viendo cada día más frutos...gracias por tus palabras!

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